Pasar al contenido principal

Historia 

PARROQUIA SAN LUIS BELTRÁN

imagen

 

Al final de la década de los años 50 del siglo pasado, se conformó en Bogotá un gran núcleo de barrios: San Miguel, Modelo, José Joaquín Vargas. Los inicios de este sector están relacionados con la construcción de la Avenida 68 (Avenida Congreso Eucarístico). En esta misma década nace el barrio La Castellana y nuestro barrio El Polo Club.

La planificación y la regularidad homogénea de este barrio son evidentes a los ojos de los que no son tan expertos. De igual manera, un sitio donde la vida de barrio y la riqueza social sobresale por encima de cualquier otra característica individual. Este se convierte en un legado de la historia de un sitio que alberga la memoria de cientos de familias y sus generaciones siguientes; testigos de la transformación y mutación en la cuna que recibe una de las obras de vivienda de aquel gran arquitecto colombiano Rogelio Salmona.

Su éxito y desarrollo desencadenaron que en los años 1970 se declarara como sector de tratamiento de conservación ambiental, y posteriormente, en los años 80 es declarado como bien de conservación urbanística.

Al haber sido desarrollado en un sector de periferia de la ciudad en esos momentos – el límite norte en los años 1950 era la calle 72, o Avenida Chile – el barrio El Polo debía contar con una infraestructura mínima que supliera las necesidades de los nuevos residentes; en esta se contempló la necesidad de un centro comercial, un área de ejercicio activo cubierto, y un Templo, el cual fue proyectado por el arquitecto Germán Samper. La vivienda fue encargada por el Banco Central Hipotecario (BCH) que fue el responsable del desarrollo urbanístico del barrio. Se entendió la necesidad de los espacios verdes (plazoletas) para conservar los árboles representativos y emblemáticos del Club el Polo como parte del paisaje urbano del sector, y el parque y plazoletas proyectadas en las manzanas laberínticas, generan una transición al espacio colectivo creando esa vida de barrio que caracteriza el sector.

Hoy en día la estructura general del barrio en cierta manera se conserva; las viviendas no obstante la norma, se han alterado en su exterior pero el uso puede variar contemplando así una nueva población y recibiendo nuevos usos como las oficinas, empresas, entidades prestadoras de servicios de salud y tiendas de comercio; la intención de mantener la estructura del espacio público era la premisa. Sin embargo, las tres grandes avenidas que lo circundan y sumándole el tráfico automotriz de las carreras 22 y 24, han hecho que la tranquilidad de vida de barrio residencial y de la misma Parroquia se haya perdido poco a poco. Los habitantes originarios del barrio y los fieles laicos de la Parroquia han dejado el legado de esa vivencia pero 60 años después de su concepción, no muchas familias de tradición siguen viviendo en este hito urbano.

El pensamiento contemporáneo de la conservación ha desatado diversos debates sobre El Polo Club, entre ellos la obra de R. Salmona, el trazado arquitectónico del Templo Parroquial, entre otros. El Polo Club hoy en día se desenvuelve en un umbral de la memoria que recuerda la sociedad de los años 1950 y la experimentación arquitectónica de la manera de generar vivienda de buena calidad planificada.

Es muy difícil calcular la población que actualmente reside aquí. Sería necesario hacer un censo cuidadoso. Lo cierto, es que ha dejado de ser una barrio eminentemente residencial y familiar, como lo fue en sus orígenes, y se ha venido despoblando poco a poco. Igualmente, el Transmilenio y el gran flujo vehicular hacen de El Polo un barrio con altísimo nivel de contaminación acústica, por el ruido ambiental excesivo, y las emisiones de dióxido de carbono.

Los límites territoriales del barrio y de la Parroquia son muy bien definidos por tres grandes avenidas (la forma física del territorio es triangular). Por el sur: Avenida-Calle 80. Por el oriente: Autopista Norte (Avenida Carrera 20). Por el occidente: Avenida NQS (Avenida Carrera 30). En la actualidad la nueva dirección de la sede parroquial es: Calle 86A No 24-62.

Por Decreto Arzobispal No. 70 del 11 de octubre de 1960, del entonces Señor Arzobispo de Bogotá, Cardenal Luis Concha Córdoba, se erigió canónicamente esta Parroquia con el título de San Luis Beltrán y fue nombrado, primer Párroco, al Presbítero Siervo de Jesús Cruz Garzón.

 

imag

 

imag

En estos 60 años de historia Parroquial, han sido Párrocos los Señores Presbíteros:

 

  1. Siervo de Jesús Cruz Garzón               octubre 1960 – enero 1992
  2. Pedro Vicente Rueda Alvarado             enero 1992 – julio 2000
  3. Ancízar Martínez Blandón                    julio 2000– enero 2008
  4. Jorge Alberto Ayala López                   enero 2008 – agosto 2011
  5. Franz Ricardo Monroy Castellanos        agosto 2011 – julio 2017
  6. Sergio Pulido Gutiérrez                       julio 2017 – enero 2023
  7. José Edilberto Palacios Corzo              enero 2023 –