Bienvenidos a la celebración de esta liturgia del día de la Natividad del Niño Jesús!
Feliz Navidad, para todos!.
Una gran alegría nos llena esta noche porque nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Niño Jesús. Nuestro Templol está decorosamente preparado, para contemplar cómo este día se ve iluminado por una luz que irrumpe en las tinieblas y parte la historia en dos, para dar paso a la gran salvación prometida desde el Antiguo Testamento.
El Niño Jesús que hoy renace en nosotros nos trae la paz y oramos para que esa paz reine en el mundo, especialmente aquellos lugares invadidos por la violencia.
Con gran gozo, nos disponemos a celebrar juntos esta gran liturgia de Navidad, cantando jubilosos este villancico...
El profeta Isaías, nos invita a la esperanza porque Dios viene al Monte Sión, en donde está construida la ciudad santa: "consuela a su pueblo y rescata a Jerusalén". La promesa se refiere a los tiempos del destierro en Babilonia y a su próximo final. Pero nosotros leemos el pasaje desde la perspectiva de la encarnación del Hijo de Dios.
Escucharemos del evangelio de San Lucas un relato que nos describe la forma humilde y sencilla en que el Hijo de Dios nace en la aldea de Belén. Un gran acontecimiento por el que cielos y tierra bendicen y alaban a Dios, como nosotros lo hacemos este día. Escuchemos, ahora, la Palabra de Dios.
- Oremos por la Iglesia, por todos y cada uno de los cristianos. Que la alegría por el nacimiento del Mesías y Salvador llene de fe y esperanza el corazón de los discípulos de Jesús. Roguemos al Señor.
- Oremos por quienes gobiernan las naciones. Que el Príncipe de la Paz ilumine las mentes y los corazones de los gobernantes para que trabajen por la paz y el bienestar de todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
- Oremos por los enfermos, los inmigrantes, los presos, los que sufren. Que la luz de la estrella de Belén los consuele y les ayude en medio de las dificultades. Roguemos al Señor.
- Oremos todos nosotros, reunidos para celebrar la Navidad. Que el amor de Dios nos mueva a vivir más intensamente la caridad cristiana. Roguemos al Señor.
Sergio Pulido Gutiérrez, Mons.
Canónigo de la Catedral y Párroco de San Luis Beltrán