Bienvenidos a la celebración de esta liturgia de Nochebuena:
Feliz Navidad, para todos!
Una gran alegría nos llena esta noche porque nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Niño Jesús. Nuestro Templo Parroquial está decorosamente preparado, para contemplar cómo esta noche, la oscuridad se ve iluminada por una luz que irrumpe en las tinieblas y parte la historia en dos, para dar paso a la gran salvación prometida desde el Antiguo Testamento.
El Niño Jesús que hoy renace en nosotros nos trae la paz y oramos para que esa paz reine en el mundo, especialmente aquellos lugares invadidos por la violencia.
Con gran gozo, nos disponemos a celebrar juntos esta gran liturgia de Nochebuena, de inicio de Navidad, cantando jubilosos este villancico...
Los textos sagrados de esta noche nos introducen en el misterio de la Navidad.
El recorrido se inicia con el profeta Isaías, que anuncia jubiloso el fin de la dominación y la tiranía enemiga gracias al nacimiento del “príncipe de la paz”.
La segunda lectura proclama esperanzada una salvación universal y señala a Jesús como aquel que ha venido a mostrarnos el camino del bien. Por último, el Evangelio según san Lucas narra en clave teológica el nacimiento del salvador esperado, del príncipe de la paz anunciado.
Escuchemos y acojamos en nuestros corazones, la Palabra de Dios.
- Para que la Iglesia Católica siga siendo luz y constructora de la paz en todo el mundo. Oremos.
- Para que los gobiernos del mundo, especialmente el de nuestra patria, Colombia, se dejen iluminar por la luz de Jesús y trabajen por la paz. Oremos.
- Por los más necesitados, especialmente los que viven en las tinieblas del mal, oprimidos por el pecado, para que la luz del Niño Jesús ilumine sus vidas y contemplen la salvación. Oremos.
- Por los que esta noche nos gozamos celebrando el Nacimiento del Niño Jesús, para que seamos portadores de esa paz para aquellos con quienes convivimos. Oremos.
Sergio Pulido Gutiérrez, Mons.
Canónigo de la Catedral y Párroco de San Luis Beltrán